Las participantes de The Bachelor: Vietnam (el reality show que pone a competir a un grupo de mujeres por el amor de un codiciado galán) Minh Thu y Truc Nhu, han dejado de ser solteras gracias al programa y que se enamoraron entre sí, planteando la pregunta de si el imperio de este reality debería terminar. Mientras Thu y Nhu encontraron un final feliz (por ahora) fuera del rígido diseño heteropatriarcal que perpetúa el programa, The Bachelor y todas sus versiones se basan en estereotipos de género y nociones un tanto anticuadas como las almas gemelas y el amor verdadero.
Las concursantes femeninas de The Bachelor desfilan y son humilladas rutinariamente para la diversión del soltero de la temporada, mientras que en The Bachelorette (la versión femenina) la protagonista es criticada por tener una relación íntima con más de un hombre a la vez, algo que se supone es la premisa del programa pero que al parecer el público olvida. En una de las versiones, la Bachelorette Kaitlyn Bristowe recibió cientos de críticas por tener sexo con más de un participante en la Fantasy Suite que, de nuevo, estaba hecha para ese propósito.
¿Y la política racial que rodeó a la primera Bachelorette afro Rachel Lindsay, quien dijo que sintió que la habían “exhibido” en el episodio final y que estaba siendo “etiquetada como una mujer afro ruidosa y brava”? (Sin mencionar la reacción violenta que recibió Lindsay al elegir un hombre blanco en lugar de un hombre afro).
Pero el argumento más urgente para que se acabe ya The Bachelor es el abuso desenfrenado que se produce en el programa y a su alrededor. El ejemplo más notorio es la supuesta conducta sexual inapropiada en Bachelor in Paradise el año pasado. Si no te enteraste por estar en una isla desierta como los del programa, la polémica se abrió cuando un productor del programa alegó que un encuentro sexual entre los concursantes DeMario Jackson y Corinne Olympios se había dado en estado de embriaguez, quizá hasta el punto de no estar en condiciones de dar su consentimiento. Las grabaciones se reanudaron luego de que una investigación interna demostrara que no hubo conducta inapropiada, claro, porque las investigaciones internas siempre funcionan.
Todo esto, además de la racha de concursantes que han sido acusados o condenados por violencia doméstica antes de participar en la franquicia y su historial de racismo en las redes sociales, plantea interrogantes sobre qué tan exhaustivos son los controles de antecedentes del programa y si esto se vuelve un riesgo para los concursantes y el personal.
Lo problemático de The Bachelor se puede ver en otros programas que se suman al estilo para tener éxito, como UnREAL, que tuvo una pausa de casi dos años antes de estrellarse y terminar con sus dos últimas temporadas, Love Island, que comparte una premisa similar a Bachelor in Paradise, y Married at First Sight, que contribuye al estigma de que el mayor logro de una mujer es ser una esposa.
Que Thu y Nhu, junto con Megan Marx y Tiffany Scanlon en The Bachelor: Australia 2016 hayan logrado encontrar el amor en un lugar sin esperanza, es un verdadero milagro. El aumento en el número de concursantes que se relacionan entre sí en lugar de con su Bachelor o Bachelorette señalan un alejamiento de la serie —y la cultura en la que se originó: la obsesión con el romance tradicional de sexo opuesto y falta de sintonía con la realidad, como lo evidencian sus ratings en picada. La insistente pureza y rectitud en The Bachelor está al desacuerdo con el panorama cambiante de la sexualidad y las relaciones en estos tiempos.