En marzo el mundo parece acordarse de las mujeres. No siempre lo hace de la forma más afortunada, la publicidad usa y abusa del tema y aún nos queda la sensación de que muchas y muchos no tienen muy claro qué significa la conmemoración del 8 de marzo.
El caso es que todo el mes nos sirve de plataforma para discutir temas sobre las mujeres y que en otra época no existían o pasaban completamente de agache, como si fueran un asunto menor; uno de esos es la igualdad de género en la industria de la música.
Cuando se habla de mujeres en la música todavía parecen casos anecdóticos, pero ¿realmente las mujeres somos minoría? Aunque las estadísticas digan lo contrario, la historia nos ha demostrado que somos tratadas como si lo fuéramos. Las mujeres en la vida pública, los cargos de poder y los espacios de mayor visibilidad todavía no tenemos una representación paritaria. Por supuesto no estamos igual que hace cien años, pero la realidad es que en esta y muchas otras industrias la presencia de las mujeres sigue siendo sinónimo de algo raro.
En un conversatorio con Andrea Echeverri y Goyo a raíz del lanzamiento de una playlist de solo cantantes colombianas, ambas artistas comentaron sus experiencias en el mundo de la música. Para la cantante de Aterciopelados, su gran cuestionamiento proviene de ver que a las que les va bien es a aquellas mujeres que le hacen el juego al patriarcado, porque pareciera que solo a través de la sexualización es que se vende.
Goyo, por su parte, mencionó que con frecuencia se ve enfrentada a comentarios de cómo luce, algo que sin duda a un hombre no le pasaría. Por eso comentó que las mujeres merecemos que haya muchos tipos de modelos de mujer en la industria y no solo un tipo que se use como estrategia de mercadeo. Tanto Andrea Echeverri como Goyo explicaban la importancia de que esa diversidad que existe entre las mujeres del común se vea reflejada en las que hacen música. Por esto, para Echeverri, es importante escribir algo que tenga sentido para ella como una forma de resistencia y no solo hacer canciones que exciten multitudes.
Y es que más allá de la publicación de una lista de canciones, que como toda lista tendrá que dejar por fuera a muchas, este conversatorio fue una oportunidad para escarbar más sobre el movimiento de las colombianas en la industria musical. Por esto mismo, colectivos como Todopoderosa, un grupo de mujeres que se juntaron para encarar los temas de igualdad de género en la música, se hacen tan necesarios para esa discusión.
Todopoderosa está conformado por cinco mujeres: Alejandra Gómez, María José Camargo, María del Rosario Cardona, Daniela Trujillo y Marcela Parra. El año 2018 las juntó alrededor de una idea común, la de evaluar qué pasa en Colombia con los proyectos de mujeres en la música nacional. Una respuesta común que encontraban es que se decía que no había o no se conocía a mujeres “buenas” en la escena. Eso las llevó a notar que lo que no hay es una buena curaduría, porque claro que las hay.
Este colectivo, que por ahora está cerrado pero espera abrir sus puertas pronto a más integrantes, busca inclusión y diversidad en los proyectos musicales, festivales y medios de comunicación. Sus acciones van desde el apoyo en comunicaciones y la visibilización de proyectos a medida que van construyendo el directorio, hasta la participación en múltiples espacios para abrir la conversación sobre la equidad de género en esta industria. “Nuestras actividades y proyectos van enfocados desde el hacer y proponer, no desde la queja y la victimización. Esto es clave para nosotras. Aunque reconocemos que existen esos otros procesos, que reconocemos y respetamos, agradeciendo que de cierta forma nos ha llevado a todas tener mejores condiciones que en el pasado, creemos que ahora nosotras debemos proponer desde la creatividad y la unión en el hacer”, explican.
Ellas saben que muchas mujeres quedan atrapadas en un círculo vicioso de no figurar porque no tienen trayectoria, pero si no tienen oportunidades nunca van a llegar a sumar experiencia. “Para nosotras es fundamental la igualdad de oportunidades para todos, pero sobretodo, la diversidad en todos sus frentes en la industria de la música”, dice Alejandra Gómez. Por esto proponen que esta inclusión tenga al menos dos pasos, “uno generando presión, que no debería ser así, pero ha funcionado. Haciendo cuestionar las curadurías principalmente y también a los consumidores, creando espacios de participación donde se visibilicen las problemáticas no solo para los afectados mismos sino también para que el público comprenda la importancia de la inclusión a un nivel profesional y no de corte de género”, termina.
Otro asunto que se encontraron en Todopoderosa es que no se rasca la superficie para encontrar quiénes son las mujeres que están en la música colombiana. Muchas se quedan en la sombra o si acaso son conocidas por ser la novia alguien, sin la oportunidad de ser conocidas por sí mismas. Por eso crearon un directorio de artistas que sigue en construcción. La tarea no es sencilla y por eso buscan financiamiento que les permita hacer un levantamiento de datos y una sistematización mucho más eficaz. “Ya estamos trabajando en una alianza con una plataforma nacional muy importante con visibilidad y alcance en toda Latinoamérica que esperamos que hacía finales de año ya esté funcionando propiamente”, dicen ellas.
La conversación sobre este tema ha de seguir a medida que se mantenga vigente más allá de cada nuevo marzo. Y así como la industria debe dar la cara a una realidad de desigualdad reiterada, es deber de los consumidores de música, y sobre todo de las consumidoras, el pedir más presencia de mujeres en estos espacios.