La vida de la actriz suiza, Souheila Yacoub, no arrancó dedicada al arte. Su mundo era el de la gimnasia y a ella se dedicó toda su infancia. Hizo parte del equipo nacional de gimnasia suizo por 15 años. De niña no soñó con ser actriz, pero sí con ser bailarina. Hoy ambas profesiones están en su vida. Su participación en Clímax, la más reciente producción de Gaspar Noé, puso su nombre en el panorama mundial. En 2020, interpreta un nuevo rol como una mujer que hace parte del ejército kurdo en la compleja guerra de Siria en No Man’s Land.
Hablamos con Souhelia sobre su participación en esta serie que se sumerge en las complejidades de la guerra en esta zona de Oriente medio y trae al frente a uno de los ejércitos contemporáneos más interesantes, el de la unidad de combatientes kurdas, mujeres feroces que son luchadoras incansables contra ISIS. Conocimos de su vida y sus proyectos actuales.
Es muy interesante el hecho que antes de ser actriz fueras gimnasta olímpica, ¿se te pasó por la cabeza alguna vez entrar en la actuación durante tu carrera como gimnasta? ¿Crees que estas dos disciplinas tienen relación?
Sí, les veo una relación bastante estrecha y definitivamente la gimnasia me ayudó con la actuación. Puedo decir que conozco mi cuerpo a la perfección gracias a esto. Si tengo un papel de soldado, puedo actuar como lo haría uno en la vida real, si tengo un papel como habitante de calle, puedo actuar y moverme de acuerdo a este. Y sí, siempre supe que quería ser quizás no actriz, pero sí bailarina. Siempre he sentido muchas cosas en mi interior que he querido expresar. Supe desde niña que quería usar mi cuerpo, mi casa, para contar historias, para decir cosas, para denunciar... y esto empezó con la gimnasia. Fui parte del equipo nacional de gimnasia suizo por 15 años y nunca pude usar mi voz para expresarme, solo mi cuerpo. Mi entrenador era una persona muy fuerte y disciplinada, de un carácter muy recio y yo no tenía esa posibilidad de la palabra. Eso me hizo darme cuenta de que quería ir más allá. Después de estar en el equipo me dediqué al baile por seis meses y después hice mi primera interpretación en una obra de teatro, de Shakespeare. Fue ahí donde pronuncié mis primeras palabras en un escenario y fue muy empoderador. Que otros escuchen esas palabras, esas historias, historias de amor e historias que vienen del corazón... las palabras son un arma extremadamente poderosa.
Cuéntanos de tu personaje en la nueva serie
Su misión es muy clara. Ella lucha por la libertad, por la independencia, en contra de las injusticias hacia las mujeres. Esa es su lucha. Sarya es una niña que con 15 años y viviendo en París se ve obligada a volver a Siria y descubre lo difícil que es ser una mujer en ese país y las diferencias que hay con ser un hombre, lo difícil que es la igualdad. Su historia, sin el personaje de Felix Moati, Antoine, no sería la misma. Antoine tiene su propia historia antes de que Sarya empiece su lucha por la libertad, es la lucha del pueblo Kurdo.
Háblanos de tu personaje favorito en la serie, aparte del tuyo
Estoy enamorada del personaje que hace Jo Ben Ayed. Su personaje se llama Iyad Bel Tagi. Él hace parte de ISIS en la serie y esas escenas me encantan, para ser honesta. Es uno de aquellos británicos que se unen al grupo, es el hombre del piano. ¡Su personaje es increíble! Es muy interesante cómo funciona su mente, la manera en que pareciese que sigue estando en el Reino Unido, y la historia detrás del por qué quiere unirse a ese grupo. Él es adorable, su personaje me emociona mucho.
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“Las palabras son un arma extremadamente poderosa”
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Trabajar en una producción de guerra es diferente y más para una que sigue activa, ¿cómo fue para ti hacer parte de esta producción?
Fue especial por ser una producción tan internacional. Éramos actores de más de 10 ciudadanías diferentes, con cultura distinta, con formas de pensar distinta, diferentes religiones y demás. El director es de Israel y no sabía hablar francés y algunos franceses no entendían todo lo que él quería decir. Para ese momento era complicado, pero esto lo hizo una producción muy enriquecedora, porque todos dábamos nuestro punto de vista y esto alimentó la producción de manera positiva.
¿Ser una mujer multicultural te ayudó para prepararte para este rol?
Creo que saber varios idiomas me sirvió para poderme comunicar más con el equipo, mi mamá es belga y mi papá es holandés así que hablo francés, dutch, inglés. En Suiza hablamos muchos idiomas y estamos cerca de muchas culturas distintas. Esto me sirvió para aprender Kurdo, tuve como 3 meses para aprenderlo, porque de esta manera enriquecía mi personaje. Fue un reto, pero no me asustó.
¿Cómo fue ese encuentro cultural que rodea este conflicto?
Es una cultura totalmente diferente, obviamente había oído y leído algunas cosas de ellos hace unos años. Pero nunca había tenido que meterme en su cabeza, tratar de entender cómo son. Pero lo que hice fue como volver al colegio, sentarme a investigar, estudiarlos, leer libros de historia. Pero fue muy enriquecedor para mí y aprendí mucho de esta cultura. De esa guerra interna tan dura que viven allí.