La última década, de 2010 a 2020 (falta apenas un mes), fue la más exitosa en la historia deportiva de Colombia. Por eso, PLAYBOY los transporta en una máquina del tiempo para recordar los momentos más maravillosos en ciclismo, tenis, atletismo, automovilismo, squash e incluso clavados. Cada año, nuestro país parece ser más fuerte. Y los últimos 10 años fueron una muestra clarísima de la mejoría.
Robert Farah y Juan Sebastián Cabal
Coronarse campeón de un Grand Slam es el máximo privilegio y triunfo para cualquier tenista. Es inevitable no recordar a Roger Federer, con apenas 21 años, alzando su primer trofeo dorado con su larga cabellera, o a Rafael Nadal, con 19 años, mordiendo el Roland Garros, que luego se convertiría en su copa insignia. Muy jóvenes ambos. Por eso, era casi inimaginable que Robert Farah y Juan Sebastián Cabal rasguñaran la gloria a sus treintas, pero siempre hay una excepción a la regla. La dupla, contra todo pronóstico, se desplomó en la grama de Londres tras una volea de Farah para ganar el título de duplas en Wimbledon. Llegaron a Bogotá como unos héroes e incluso con promesas: “Un sueño por cumplir es ganar una medalla olímpica en Tokio 2020”. Dos meses después regresarían con otro trofeo de Grand Slam, esta vez del US Open. Los dos logros más grandes en la historia del tenis colombiano, ambos en el mismo año (2019) y ambos bajo los mismos nombres: Farah y Cabal.
Tatiana Calderón
Aunque el machismo se ha disipado a nivel mundial, hay deportes en los que sigue siendo una tendencia. El automovilismo es uno de ellos. Pero afortunadamente, la insistencia y el talento de algunos ha permitido romper ese paradigma. El año pasado, la piloto colombiana Tatiana Calderón atravesó esas barreras al convertirse en la primera mujer en participar en la Formula 1. Con un anuncio que ni siquiera ella esperaba, Tatiana comenzó su travesía en la máxima liga de automovilismo mundial después de ser contratada como piloto de pruebas de Sauber. Al mismo tiempo, la piloto competía para la Fórmula 3. "No debería haber una distinción de género", aseguró Tatiana sobre la posibilidad que contempló la FIA (Federación Internacional de Automovilismo) de separar las mujeres y los hombres en las competencias. Una afirmación evidente cuando repasamos la seguidilla de podios que la colombiana ha logrado desde que compite profesionalmente; es decir, desde sus 9 años. La única mujer en ser campeona de la competencia Snap-On Stars of Karting de Estados Unidos, la única mujer en subirse a un podio de la F3 Británica y la única mujer en llegar a la F1. Ejemplar.
Éider Arévalo
Sagradamente, desde sus 9 añitos, Éider Arévalo practicaba en pruebas de velocidad en su colegio, en Pitalito, Huila. Nadie sabía que esas pequeñas e inocentes zancadas se convertirían en las más rápidas del mundo un día. Fue en el Mundial de Atletismo en Londres 2017 cuando por fin, el joven bogotano de 24 años, abrazaría la gloria y se llevaría su máximo galardón como marchista. En un recorrido de 20 kilómetros, Éider ganó el primer lugar, pero con un rival en la nuca: el ruso Sergey Shirokov. Con una marca de 1:18:53, el colombiano se llevó la medalla de oro, tan solo dos segundos adelante de Shirokov. "No me creo que sea campeón del mundo", repetía e insistía minutos después de triunfar. Y hoy tiene su nombre, muy seguro, marcado en piedra en la historia del país.
Nairo Quintana
Narioman, el de la agua de panela y el sancocho, el que recorría de punta a punta las carreteras boyacenses, quien además conquistó los corazones y las emociones nacionales por varios años. Se había perdido esa costumbre que alguna vez tuvimos con Juan Pablo Montoya: madrugar en familia para ver a uno de nuestros héroes. Esa costumbre regresó con Nairo Quintana y su equipo Movistar. Dos hazañas gigantescas en esta década le aseguraron su puesto en esta lista: la maglia rosa en el Giro de Italia en 2014 (junto a su amigo y compatriota Rigoberto Urán en segundo puesto) y el maillot rojo en la Vuelta a España en 2016. Al igual que Egan, su humildad fue lo más desbordante e impactante en los podios. Al lado de los europeos, se veía pequeñito, pero en realidad era el más grande de todos. Y así, Nairo se convirtió en el representante y pionero de la nueva camada de ciclistas y de una docena de bebés con su nombre.
Caterine Ibargüen
No ha habido nadie que haya emocionado y cautivado más a Colombia en unos Juegos Olímpicos que ella, la reina del atletismo mundial: Caterine Ibargüen. Estuvimos al borde de la silla apoyándola y deseando lo mejor en Río 2016. Y nosotros parecíamos más angustiados que Caterine, quien salió a la pista con una sonrisa gigante, cargando una bandera en sus hombros y con una confianza abrumadora. Ese iba a ser su día y ella lo sabía. Su triple salto fue increíble por muchas razones: el público era una ola amarilla, que apoyaba y también generaba presión; perdió una racha de 34 victorias consecutivas, dos meses atrás, ante una de sus rivales en la competencia, la kazaja Olga Rypakova; y eran, tal vez, los Juegos Olímpicos predilectos para ganar la medalla de oro, poriqe era la favorita. ¿Cómo respondió? Con una distancia de 15.17 m., su segunda mejor marca en la historia. Así se llevó el oro y cerró el hocico a muchos que la criticaron tras su tropiezo ante Rypakova en Birminghan.
Mariana Pajón
"Mi rival más importante soy yo", escribió Mariana Pajón en sus redes sociales unos días antes de su carrera. Era una pelada de 20 años. La más querida por Colombia en ese momento y la candidata más grande dentro de nuestra cuota de deportistas para ganar un oro, el segundo del país en su historia en ese momento. Se disputaban los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y Mariana Pajón competiría en BMX ante las mejores del mundo, pero sus piernas rebasarían a sus colegas. Despegó como nunca y, en una carrera fugaz de 37 segundos (en los que siempre fue primera), se llevó la presea más rápido de lo que ella esperaba. Las lágrimas surgieron naturalmente, al igual que los abrazos con su entrenador, su familia y su equipo de trabajo. La pequeñita de 1.58 m. se subió al gran podio de la pista para entonar el himno nacional y despedirse con una gran hazaña a su nombre.
Edgar Rentería
Hubo un abismo de 13 años entre los picos de la gloriosa carrera de Edgar Rentería en el béisbol mundial. En 1997, un año después de su debut, se coronó campeón de las Grandes Ligas con los Marlins. Pero su batazo más recordado fue en 2010, cuando jugaba para los Gigantes de San Francisco. En el séptimo inning, con dos de sus compañeros en base, reventó la pelota hasta las tribunas y logró un homerun que significó el campeonato de la Serie Mundial. Además, Rentería también fue nombrado como el Most Valuable Player [MVP, el jugador más valioso] del año, con siete hits en 17 turnos y un promedio de .412. En su carrera registró dos Series Mundiales, dos Guantes de Oro, tres Bates de Plata y seis participaciones en el Juego de las Estrellas.
Orlando Duque
Si hablamos de tener la sangre fría, ser inmune al miedo y derrotar los riscos más grandes del mundo, es obligatorio nombrar al colombiano Orlando Duque, quien es considerado el mejor clavadista de la historia. Aunque en esta década Orlando tomó la decisión de retirarse, dejó un saldo increíble bajo su nombre: 13 títulos mundiales y dos Guinness Records. Además, izó la bandera tricolor en lo más alto de Barcelona en 2013, cuando se llevó la medalla de oro en el primer Mundial de Natación. Aquel tipo alto, fornido y de pelo largo volvió a ejecutar un clavado impecable. Aplaudido por sus colegas y fans, se despidió de las cornizas a sus 45 años.
Egan Bernal
El tímido gregario de Chris Froome se postulaba como una de las grandes promesas colombianas en el ciclismo. Con apenas tres años de experiencia profesional en el ciclismo de ruta, Egan Bernal ya había escalado al mejor equipo de Europa. Su proyección era casi un hecho, pero nadie se imaginaba que se consagraría con la máxima hazaña del deporte nacional con tan solo 22 años. Nairo Quintana -otro héroe- y Froome eran los grandes favoritos al maillot amarillo del Tour de Francia 2019, pero Egan se abrió paso entre los campeones para tallar su propio camino. En la penúltima etapa, muy precipitada y accidentada, el colombiano se escapó en una empinada y remató sin miedo en un descenso a toda velocidad. Escaló hasta la cima, defendió la punta en la última etapa y se subió en el peldaño más alto del podio en los Campos Elíseos. Un verdadero hito.
Miguel Ángel Rodríguez
“Describir la victoria de Miguel Ángel Rodríguez como la más sorprendente en las nueve décadas del torneo más viejo de squash [el British Open] se queda corto. Nadie lo pudo haber predicho”, escribió el periodista Richard Eaton en la revista Squash Player. El colombiano de 32 años logró la victoria más importante de la historia del squash colombiano derrotando a Mohamed El Shorbagy, el No. 1 del mundo, en 101 minutos repletos de intensidad. Miguel nunca se había acercado a algo así. Lo máximo que había logrado era llegar a semifinales de un Gran Slam, pero de alguna manera él sabía que lo iba a lograr. “Esa semana yo presentía que iba a pasar algo muy especial. Recibía muchos mensajes y me daba nostalgia leerlos, porque sentía que ya todo había pasado… como si ya hubiera ganado”, recordó en una entrevista para PLAYBOY Colombia con una sonrisa tímida.